Fedesarrollo ha preparado un informe de análisis en el que se examinan las consecuencias de la automatización y el cambio tecnológico en el porvenir del mercado laboral de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, las profesiones más propensas a la automatización abarcan roles administrativos, empleados de servicios, trabajadores agrícolas, así como comerciantes y vendedores. “En promedio, cerca del 60 % de los trabajadores en los países andinos, incluyendo Colombia, tienen una alta probabilidad de verse afectados por la automatización”, afirma Mejía.
Las ocupaciones menos propensas a la automatización son aquellas que demandan un elevado grado de creatividad, inteligencia social y habilidades de manipulación física, ya que resultan difíciles de automatizar con la tecnología actual. Ejemplos de estas profesiones incluyen psicólogos, artistas, trabajadores sociales, enfermeras, terapeutas ocupacionales y empleados de la construcción.
En contraste, las ocupaciones más susceptibles a la automatización son aquellas que involucran predominantemente tareas manuales repetitivas, como los trabajos en la industria manufacturera, la limpieza, la agricultura, los servicios de comida rápida, el telemarketing, así como roles administrativos, contables y en el sector de seguros.
Según el informe, el porcentaje de trabajadores con una alta probabilidad de ser afectados por la automatización a medio plazo se sitúa en el 54% en Bolivia, 58% en Colombia, 61% en Ecuador y 65% en Perú. En términos promedio, esto representa el 60% de los trabajadores en la Comunidad Andina, lo que equivale a seis de cada diez empleados. En el caso específico de Colombia, la distribución de trabajadores con riesgo de automatización se desglosa en un 18% en servicios, 17% en comercio y ventas, 16% en agricultura y 8% en funciones administrativas.
