
Habitantes de la Cienaguita, en el municipio de Repelón, Atlántico, no olvidan la huella de violencia que dejó la matanza que los azotó hace más de veinticuatro años. Muchos lo recuerdan como una temporada gris, cuando el año 2001 comenzó bañado en sangre tras olas de asesinatos en los que aparecían ganaderos y residentes del sector sin vida en carreteras y casas.
Asimismo, muchos se vieron obligados a movilizarse de la zona para evitar terminar bajo tierra. Algunos pudieron regresar a sus hogares cuando todo volvió a la calma, pero otros no fueron tan afortunados y lo perdieron todo, terminando en otras ciudades cercanas como Cartagena y Santa Marta.
Cabe resaltar que los testigos de la zona mencionaron que la magnitud de la violencia era tan grande que hubo una disminución extraordinaria del número de casas. En el año 2000, había al menos treinta casas; una comunidad feliz y tranquila que, al empezar todo, se vio reducida a solo diez casas en 2023.
Teniendo esto en cuenta, muchos esperan que la Cienaguita vuelva a ser lo que era, aunque tristemente saben que eso será muy difícil de conseguir, ya que la huella dejada por la violencia nunca podrá ser olvidada. Por eso, medios de comunicación y entidades gubernamentales buscan contar esta historia que no puede quedarse en el olvido.
Por otro lado, el fotógrafo Orlando Amador y su compañera María José Borrero tuvieron la oportunidad de visitar la zona hoy en día para documentar la actualidad de este sector. Un testimonio que quedará en la historia del departamento del Atlántico y que este grupo de periodistas logró traer a la vida con gran trabajo y dedicación.
Por último, hoy en día la Gobernación del Atlántico planea brindar iniciativas y estrategias de apoyo para los habitantes de la Cienaguita. Mediante proyectos de restitución de tierras, se buscará que las familias obligadas a partir en ese entonces regresen a las tierras que alguna vez perdieron.













