Ayer, fuertes brisas huracanadas azotaron imprevistamente la ciudad de Barranquilla, causando múltiples estragos y dejando a varios sectores sin fluido eléctrico. Las investigaciones meteorológicas continúan para determinar si se trató de un vendaval, una tromba marina u otro fenómeno climático. Cabe resaltar que no es la primera vez que ocurre algo así, ya que tanto Barranquilla como otras ciudades de la Región Caribe han sido afectadas por los coletazos de huracanes en el pasado.
Un factor importante a tener en cuenta son los arroyos y las fuertes brisas que suelen acompañar estos eventos climáticos. Los más conocidos, como ‘El Don Juan’, ‘El Salao’ y los arroyos del occidente de la ciudad, han causado decesos y desapariciones durante jornadas de intensas precipitaciones. Además, muchos transeúntes y vehículos han resultado afectados por la caída de árboles, andamios, señales de tránsito y semáforos, lo que ha dejado heridos y pérdidas humanas y materiales.
En retrospectiva, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha registrado todas las calamidades climáticas de los últimos años. En términos de lluvias, inundaciones y vendavales, Colombia, con ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, está entre las más afectadas junto a Brasil, recibiendo un promedio de 17 huracanes en un año calendario. Por ello, las autoridades locales trabajan constantemente en mejorar sus planes de prevención y atención ante estas emergencias.
El impacto de estos fenómenos climáticos en Barranquilla comenzó a hacerse más notorio en 2004, con el paso del huracán Jeanne, que dejó estragos en Puerto Rico, República Dominicana, Haití y Estados Unidos. En Barranquilla, sus coletazos causaron fuertes vientos fríos y aguaceros que afectaron principalmente el sur y el occidente de la ciudad. En 2005, el huracán Stan, considerado el más fuerte que ha golpeado la región del Atlántico, provocó daños importantes en las zonas cercanas al mar, siendo Playa Mendoza y Puerto Colombia las más afectadas.
En 2007, el huracán Félix, de categoría 5, afectó a Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, y en Barranquilla dejó daños comparables a los de Stan, lo que obligó a implementar controles masivos en las áreas de mayor riesgo. Más recientemente, en 2019, el huracán Dorian impactó fuertemente en San Andrés y Providencia, y también se sintió en Cartagena y Barranquilla, con fuertes vientos y tormentas eléctricas. El evento climático de ayer parece haber sido resultado de la actividad meteorológica en Centroamérica, cuyos efectos llegaron a nuestras costas.
Es importante reconocer y agradecer a las autoridades locales y gubernamentales por su pronta respuesta, brindando atención a los afectados y utilizando canales de comunicación para alertar a la ciudadanía y evitar el caos. Finalmente, se hace un llamado a la población a mantenerse alerta y tomar medidas preventivas ante las condiciones climáticas actuales, como la alta humedad, olas de calor, precipitaciones y tormentas eléctricas, que podrían ocurrir antes de finalizar el año 2024.
