Este próximo 21 de septiembre, muchos colombianos preparan ese día especial para pasarlo con amigos o con sus parejas. Desde citas románticas hasta chocolates con rosas rojas, una botella de champaña o quizá flores amarillas, lideran las listas de compras durante esta semana.

Lo que muchos nos preguntamos es: ¿por qué celebramos estas festividades? ¿Cuándo comenzó todo este auge del Amor y la Amistad? Para responder a estas preguntas, hay que remontarse al año 1969, cuando, por primera vez, en el tercer sábado de septiembre, se celebró esta festividad. Se estableció en ese entonces como una conmemoración para exaltar la comprensión y el cariño que las personas deben tener entre sí.

Cabe resaltar que este día brinda la oportunidad de ofrecer un detalle, una bendición o una palabra de aliento a cualquier persona o ser querido que sea importante o valioso para ti. Por eso, esta festividad se diferencia de su contraparte: el Día de los Enamorados, o mejor conocido como San Valentín, que se celebra cada 14 de febrero.

Asimismo, Amor y Amistad es más una estrategia comercial que un día especial para aquellos que valoran la compañía de sus seres queridos. Con el fin de estimular el consumo tras el inicio de la temporada escolar, se determinó que septiembre sería la mejor época para dar regalos. Además, se observó que en este mes no había ninguna otra festividad relevante, por lo que se estableció como el mes de los amigos y el amor.

Todo comenzó como un día en el que las personas demostraban y expresaban amor a sus parejas, pero esto cambió con el tiempo, incorporando la amistad y dándole la oportunidad a quienes estaban solteros de celebrar con sus amigos. San Valentín, al centrarse únicamente en el amor romántico, dejaba en segundo plano las amistades. Por eso, Amor y Amistad llegó en el momento justo para destacar la primera relación afectiva que una persona tiene antes de iniciar una relación amorosa: la amistad.

A esta festividad también se le añadió una fecha extra, del 21 al 27 de septiembre, ofreciendo una segunda oportunidad para regalar flores amarillas, símbolo de querer demostrar a alguien que se desea estar presente en su vida o quererle por el resto de esta. Esta tendencia surgió de la telenovela argentina Floricienta, cuyo personaje principal recibe un ramo de flores de su enamorado, un gesto que se ha convertido en el himno del mes de septiembre para las mujeres en todo el mundo.
