Escrito por: Daniela Carreño Bolívar.
Con una serie de lamentables hechos ocurridos en la ciudad de Barranquilla en lo que va del año, se han evidenciado las pésimas condiciones en las que se encuentra la infraestructura urbana. Calles en mal estado, puentes sin mantenimiento, andenes rotos, alcantarillas descubiertas y edificios desgastados son solo algunas de las deficiencias que ponen en peligro la vida de los ciudadanos diariamente, lo que se ha convertido en una preocupación para los residentes debido al mal estado de los inmuebles y la falta de recursos e inversión para su mantenimiento.

Esta peligrosa situación ya ha provocado trágicos accidentes que han cobrado la vida de personas como Juan Bautista Caraballo Rivera, Omar Martínez Solís, Israel Rodríguez Pereira y Joel Alfonso Meriño Torregrosa, quienes fueron las 4 víctimas que dejo el trágico derrumbe del puente de la calle 30, que conecta a Barranquilla con el municipio de Soledad, Atlántico, el pasado 31 de mayo de 2024.
Otro de los casos más recientes fue el de Daiber Moreno, un obrero que se encontraba trabajando en uno de los edificios del centro de Barranquilla la tarde del pasado jueves 5 de septiembre, cuando una estructura en ruinas colapsó y le causó la muerte.
Desde hace varios años, vecinos y lideres comunales han denunciado el mal estado de estos espacios y la falta de mantenimiento en sectores claves de la ciudad, como es el centro de Barranquilla, donde los edificios muestran un mayor desgaste en sus fachadas, balcones, cornisas y estructura interna, como fisuras en columnas y vigas. Esto se debe al envejecimiento de los materiales, la falta de mantenimiento, la exposición a las condiciones climáticas, la falta de evaluación periódica y refuerzos estructurales, lo que conlleva terribles consecuencias como la inestabilidad de los inmuebles, afectando la seguridad y calidad de vida de los residentes y transeúntes.


Frente a esta problemática, la ciudadanía ha comenzado a organizarse para exigir respuestas y acciones inmediatas. La falta de inversión en la infraestructura pone en riesgo la vida de todos los barranquilleros. Por ello, exigen que se preste más atención a estos espacios y que se priorice el bienestar de la comunidad, atendiendo de inmediato las zonas críticas e implementando planes de mantenimiento regulares para evitar que las deficiencias en la infraestructura sigan cobrando vidas.