El Gobierno del presidente Gustavo Petro decidió darle un nuevo impulso al debate laboral en el Congreso. Este lunes 29 de abril fue radicado un mensaje de urgencia para acelerar el trámite de la llamada “mini” reforma laboral, una propuesta presentada por la bancada del Partido Liberal que retoma puntos específicos del proyecto original hundido el año pasado.
La iniciativa busca revivir artículos relacionados con la jornada nocturna y los recargos por trabajo en domingos y festivos, temas que habían quedado por fuera tras el fracaso de la anterior reforma en la Comisión Séptima del Senado.
Con esta nueva jugada, el Ejecutivo pretende que dos de los cuatro debates necesarios se desarrollen en sesiones conjuntas de las comisiones séptimas de Cámara y Senado, lo que permitiría avanzar más rápido en la discusión.
“El respaldo a esta propuesta representa un paso hacia la recuperación de derechos laborales que se han perdido en Colombia”, señala el documento oficial firmado por el presidente Petro y los ministros del Interior y de Trabajo, Armando Benedetti y Antonio Sanguino.
Sin embargo, la situación no está exenta de tensiones políticas. Desde el Gobierno se ha expresado malestar con el Partido Liberal por lo que consideran contradicciones en su postura frente al tema laboral. En especial, ha generado polémica que el senador liberal Miguel Ángel Pinto, quien votó contra la reforma del Gobierno, ahora sea el ponente del nuevo proyecto.
“El proyecto que él mismo saboteó, ahora lo lidera. Eso es hipocresía”, criticó el presidente Petro en un reciente consejo de ministros transmitido por televisión.
El ambiente en el Congreso se caldea aún más con el anuncio de una consulta popular que el Gobierno presentará formalmente este 1 de mayo ante el Senado. Esta propuesta busca que los colombianos decidan directamente sobre puntos clave de la reforma laboral a través de un mecanismo de participación ciudadana que incluye 12 preguntas.
Mientras tanto, el trámite legislativo del proyecto liberal podría complicarse. Al tratarse de una discusión conjunta entre Cámara y Senado, se anticipa que la Cámara —mayoritariamente afín al Gobierno— vote en contra, lo que pondría en riesgo la iniciativa impulsada por el liberalismo.
En juego están temas sensibles para millones de trabajadores, como la definición de la jornada nocturna, que el nuevo proyecto establece a partir de las 8:00 p.m., en contraste con propuestas anteriores que planteaban comenzar desde las 6:00 p.m.
La reforma laboral vuelve así al centro del debate político, con un Congreso dividido y un Gobierno que apuesta por la presión ciudadana para lograr su aprobación.