Este 7 de mayo se da inicio a una de las ceremonias más antiguas y de mayor interés en el mundo, sin importar el credo, para elegir al Papa 267 en la historia de la Iglesia Católica, una de las religiones con más fieles en el mundo. Será el más globalizado de la historia al participar 133 cardenales de 71 países diferentes.
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el pasado 21 de abril, y pasados los días de luto, inicia el Cónclave para escoger a su sucesor. Luego de la misa Pro Eligiendo Pontífice, que marcará el inicio de la elección, los más de 130 cardenales quedarán alejados del exterior y tendrán la primera votación. Por día serán cuatro: dos en la mañana y dos en la tarde, hasta alcanzar dos tercios de la votación, es decir, 89.
El mundo escuchará el Habemus Papam, que traduce: “tenemos Papa”, luego de que sea visible el humo blanco en el cielo, signo de que se ha conseguido la elección. Para esta ocasión, la Iglesia Católica colombiana tendrá la representación del cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, pues cumple el requisito de tener menos de 80 años, siendo su primera participación en esta elección.
Es increíble que el mundo entero esté pendiente de una señal de humo en el tejado de la Capilla Sixtina, en plena época de la modernidad, de las ruedas de prensa y la saturación de información en redes sociales. Se realizará una primera votación en la tarde del 7 de mayo, a la espera de la primera fumata: blanca si llegaron a un acuerdo, o negra si no.
Ya hay apuestas y hasta “profecías” sobre quién será el elegido, pero en estos casos el Espíritu Santo tiene una influencia impresionante, difícil de aceptar para los no creyentes. Al final, el ganador no suele ser uno de los “favoritos”. En los próximos días se conocerá la decisión de los cardenales, cuando el elegido aparezca en el balcón de la Basílica tras la fumata blanca.
