Lo que debía ser una noche tranquila terminó en tragedia. Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim, dos empleados de la embajada de Israel en Estados Unidos, fueron asesinados a tiros este miércoles mientras salían de un evento en el Museo Judío de la capital. El ataque ha conmocionado a las comunidades diplomáticas y a los residentes de la ciudad.
Según informaron las autoridades, el hecho ocurrió cerca de las 9:00 p.m. en la calle 3 NW, una zona turística rodeada de museos y oficinas gubernamentales, incluida la sede del FBI. La policía encontró a las víctimas inconscientes y sin signos vitales. Poco después confirmaron su fallecimiento. El presunto atacante, identificado como Elías Rodríguez, de 30 años y natural de Chicago, fue detenido dentro del museo mientras gritaba “Palestina libre, libre”.
Rodríguez permanece bajo custodia mientras el FBI investiga si el crimen tuvo motivaciones terroristas o fue un delito de odio. Testigos afirman que el agresor rondaba el museo antes de abrir fuego contra un grupo de cuatro personas. La jefa de policía de Washington, Pamela Smith, confirmó que se trató de una acción deliberada y repentina.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que el dolor de estas pérdidas no solo lo sienten las familias de las víctimas, sino todo el pueblo judío. Expresó su solidaridad con los seres queridos de Yaron y Sarah, y reiteró que su gobierno hará todo lo necesario para que ningún acto violento quede impune. Además, conversó con autoridades estadounidenses para garantizar que el responsable —y cualquier cómplice— enfrente la justicia.
Este ataque vuelve a poner en el centro del debate la urgencia de frenar la violencia armada y los discursos de odio que, alimentados por tensiones políticas, siguen cobrando vidas inocentes. Como dijo el líder sudafricano Nelson Mandela: “La violencia nunca es la respuesta. Solo el diálogo y el respeto mutuo pueden construir un futuro en paz.”
Imagen tomada de: bbc.com
