El fútbol también sabe de despedidas. Y algunas duelen más que otras. Este jueves, el Real Madrid hizo oficial lo que muchos temían pero sabían que llegaría: Luka Modrić no continuará en el club tras más de una década vistiendo de blanco.
El anuncio fue suficiente para llenar las redes sociales de mensajes de amor, agradecimiento y nostalgia. La hinchada madridista, esa que lo vio llegar en silencio en 2012 y lo aplaudió de pie durante años, no tardó en reaccionar. Porque Modrić no solo fue un mediocampista brillante; fue el corazón de un equipo histórico.
Un legado dorado
Luka Modrić llegó al Real Madrid en agosto de 2012, procedente del Tottenham Hotspur, y no tardó en hacerse un lugar entre los grandes. Su estilo elegante, su visión de juego y su incansable espíritu competitivo lo convirtieron en uno de los pilares del mediocampo merengue.
Durante sus 13 temporadas en el club, el croata conquistó todos los títulos posibles: 5 Champions League, 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 4 Supercopas de Europa y 5 Mundiales de Clubes. Además, fue el primer jugador desde 2007 en romper la hegemonía de Messi y Cristiano Ronaldo al ganar el Balón de Oro en 2018.
Del Dinamo de Zagreb al Olimpo blanco
La historia de Modrić comenzó lejos de las luces del Bernabéu. Nació en Zadar, Croacia, en medio de la guerra de los Balcanes. Su infancia fue marcada por el conflicto, pero también por el fútbol. Debutó profesionalmente en el Dinamo de Zagreb, pasó por el Zrinjski Mostar y el Inter Zapresic antes de brillar en el Tottenham. En cada club dejó una huella, pero fue en el Real Madrid donde se convirtió en leyenda.
Una frase que lo dice todo
“El Real Madrid es mi casa. Aquí he vivido los mejores años de mi carrera y de mi vida”, dijo Modrić en una entrevista en 2022, cuando aún no se hablaba de despedidas. Hoy, esas palabras resuenan con más fuerza. Porque, aunque el croata ya no estará en el campo, su legado quedará grabado en la memoria del madridismo.
Una despedida que sabe a gratitud
La hinchada no olvida. Y aunque hoy el dolor sea protagonista, también lo es la gratitud. Modrić se va con el cariño eterno de un club y millones de aficionados que lo vieron levantar copas, pero también dar lecciones de humildad y entrega.
Se cierra un capítulo glorioso. Luka Modrić deja el Real Madrid, pero su nombre ya es parte de su historia.
Gracias por tanto, Luka.
