Los precios del petróleo y del oro registraron importantes aumentos este martes, en medio de una creciente escalada del conflicto entre Israel e Irán y la incertidumbre sobre la política monetaria de Estados Unidos. Ambos activos, considerados estratégicos por los mercados, se ven impulsados por su papel como refugios tradicionales frente a escenarios de crisis.
El precio del barril de crudo Brent superó la barrera de los 72 dólares, mientras que el oro alcanzó los 3.410 dólares por onza, su nivel más alto en lo que va del año. Analistas atribuyen esta tendencia al temor por una posible interrupción en el suministro energético desde Medio Oriente, así como a un aumento en la demanda de activos considerados seguros ante la volatilidad económica y geopolítica.
Además del conflicto en la región, los inversionistas están a la expectativa de las decisiones que tome la Reserva Federal de EE. UU., cuya reunión inició este martes. Aunque se espera que mantenga estables las tasas de interés, el tono del comunicado oficial podría definir el rumbo de los mercados en las próximas semanas.
En Latinoamérica, los efectos ya comienzan a sentirse. Las monedas de países como Colombia y México registraron leves depreciaciones frente al dólar, presionadas por la salida de capitales hacia refugios financieros más estables. En el caso colombiano, el precio de referencia del petróleo, el WTI, es un factor clave para los ingresos fiscales y la balanza comercial.
El repunte del oro, por su parte, refleja una percepción de mayor riesgo entre los inversionistas institucionales. Muchos fondos han aumentado su exposición a este metal en busca de protegerse ante una posible desaceleración global.
Por ahora, los mercados continúan atentos a los próximos movimientos diplomáticos en Medio Oriente y al mensaje de la Fed este miércoles. Ambos factores podrían mantener en alza la volatilidad y redefinir el panorama económico para la segunda mitad del año.
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