El presidente Gustavo Petro ha nombrado a Alfredo Saade como nuevo jefe de gabinete de la Presidencia de la República. Su hoja de vida fue publicada oficialmente este miércoles 18 de junio en el portal de aspirantes del Gobierno Nacional, confirmando así su llegada al equipo de alto nivel que acompaña al mandatario en su gestión.
Saade es abogado de profesión, con estudios de especialización en Gerencia en Gobierno y Gestión Pública. En el pasado, ha trabajado como contratista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y fue director de la Asociación Colombiana de Áreas Metropolitanas (Asoareas). Más allá de sus credenciales técnicas, su perfil ha estado marcado por su liderazgo religioso como pastor cristiano y por su activismo político dentro del Pacto Histórico.
El nuevo jefe de gabinete reemplazará al ministro del Interior, Armando Benedetti, quien ejercía el cargo de forma provisional. Saade se une así al círculo más cercano del presidente, junto con Angie Rodríguez, actual directora del DAPRE, y el propio Benedetti, formando lo que algunos analistas ya llaman la “tríada de confianza” del jefe de Estado. Su llegada también plantea interrogantes: ¿quién asumirá el control de la apretada agenda presidencial?, y ¿qué impacto tendrá esta figura en la dinámica política del Palacio?
Aunque su vinculación oficial es reciente, Alfredo Saade ha sido un rostro constante en el movimiento petrista. Fue precandidato presidencial por el Pacto Histórico en 2022 y, durante la campaña, organizó redes de pastores evangélicos para apoyar la candidatura de Petro. “Comienza la organización de pastores a nivel de departamentos para informar nuestra política de libertad de cultos y el fortalecimiento de la familia”, escribió Petro sobre él en redes sociales en ese entonces.
Sin embargo, su paso por el sector público no ha estado exento de controversia. En 2023, fue postulado para dirigir el Instituto de Gestión del Agua de La Guajira, una entidad que surgió durante la emergencia decretada por el Gobierno en ese departamento y que más tarde fue desmontada por decisión de la Corte Constitucional. También fue vinculado a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), donde la Procuraduría le abrió una indagación preliminar por presuntas irregularidades en la justificación de un contrato relacionado con ollas comunitarias.
Además, Saade ha generado debate por sus declaraciones en escenarios públicos. En un cabildo en Barranquilla, habló de cerrar el Congreso y de promover la reelección de Petro. En otros momentos, ha denunciado supuestos planes para atentar contra la vida del presidente. Estas afirmaciones, sumadas a su activismo en redes sociales, lo convierten en una figura que despierta tanto respaldo como preocupación.
El nombramiento de Alfredo Saade puede leerse como un movimiento estratégico del presidente para reforzar su base más leal en la recta final de su mandato. También refleja la creciente influencia de sectores cristianos dentro del Gobierno, un tema que sigue generando discusión en una democracia laica como la colombiana.
Con esta designación, la Presidencia busca consolidar un equipo de confianza que articule las acciones del Ejecutivo y logre navegar en medio de un escenario político desafiante. El tiempo dirá si Saade logra equilibrar su fervor ideológico con la responsabilidad institucional que ahora asume en la Casa de Nariño.