Aunque Omar Geles ya no está para alzar su acordeón en el escenario, su nombre retumbó más fuerte que nunca en la apertura del 58° Festival de la Leyenda Vallenata. La corona que tanto anheló finalmente le fue otorgada, y aunque no pudo recibirla en vida, su legado hizo que todo un país sintiera que aún estaba presente.
La ceremonia no fue solo un acto protocolario: fue un momento lleno de emoción. En medio del aplauso de miles de asistentes, su hermano Juan Manuel Geles y su esposa Maren García recibieron la distinción más alta del folclor vallenato: Omar fue declarado Rey de Reyes póstumo.
“Este era su gran sueño”, dijo su hermano, con la voz entrecortada por la emoción. Y es que Omar no solo soñó con esa corona: la trabajó desde muy joven. En 1981, siendo un niño, ya demostraba su talento; cuatro años después ganó como aficionado, y en 1989 se coronó Rey Vallenato profesional. A lo largo de los años, su nombre se volvió sinónimo de vallenato.
La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata oficializó este reconocimiento a través del Acuerdo 01 del 25 de abril de 2025. En él se exaltan sus aportes como músico, compositor y productor, así como su empeño constante por mantener viva la esencia del vallenato.
Pero más allá de los títulos, lo que deja Omar Geles es un repertorio que ha acompañado a generaciones: canciones que han sanado corazones, contado historias de amor, y retratado la vida con ese toque de nostalgia y alegría que solo el vallenato sabe dar.
Hoy, su ausencia se siente, pero su música lo mantiene presente. Con esta corona, no solo se cierra una historia de logros: se abre un homenaje eterno a tocó muchas vidas con su melodía.