La Curia de la Arquidiócesis de Bogotá fue el lugar del encuentro convocado el lunes 16 de junio por la Iglesia Católica, a través de la Conferencia Episcopal de Colombia, entre doce altos representantes de las instituciones del Estado colombiano, entre ellos el presidente Gustavo Petro y el presidente del Senado, Efraín Cepeda.
Los anfitriones del encuentro fueron el cardenal Luis José Rueda Aparicio y monseñor Francisco Javier Múnera Correa. A través de una mesa redonda en un almuerzo informal, se discutieron temas que desafían al país, y se aprovechó el espacio para el diálogo y la escucha de diferentes puntos de vista, concluyendo con un compromiso firmado por todos los asistentes.
Tras el encuentro se llevó a cabo una rueda de prensa y se publicó un comunicado con los nombres de los participantes: “Nos comprometemos juntos e invitamos a todo el país a escucharnos, valorarnos y respetarnos en hermandad; a desarmar y armonizar la palabra; y a rechazar todo tipo de violencia como forma de resolver los conflictos políticos y sociales.”
ATENCIÓN ✅ | A esta hora, en la Curia de la Arquidiócesis de Bogotá, se desarrolla el encuentro de altas autoridades de las instituciones del Estado, animado por la Iglesia Católica colombiana a través de la Conferencia Episcopal de Colombia. pic.twitter.com/SDAdJfR564
— Conferencia Episcopal de Colombia (@episcopadocol) June 16, 2025
La Iglesia Católica como puente para el diálogo nacional
El papel de la Iglesia Católica fue central en esta jornada, la Conferencia Episcopal de Colombia convocó el encuentro con el objetivo de tender puentes entre los distintos poderes del Estado en medio de un contexto político polarizado.
Bajo el liderazgo del cardenal Rueda Aparicio, la Iglesia propició un espacio de escucha y diálogo que permitió sentar un precedente de corresponsabilidad institucional frente a los desafíos actuales del país. “Desarmar la palabra” fue uno de los llamados clave, reflejando la intención de transformar el lenguaje político y social en herramientas de reconciliación.
Durante la rueda de prensa posterior, los obispos enfatizaron que este tipo de gestos no son un fin en sí mismo, sino parte de un camino de construcción de confianza. La Iglesia en Colombia ha sido históricamente un actor activo en procesos de paz, y en esta ocasión vuelve a posicionarse como mediadora entre el poder civil y la necesidad colectiva de unidad.
La invitación que hicieron es clara: promover el respeto, el valor del otro y la hermandad como principios fundamentales en el ejercicio del poder y en la vida pública.