Rusia y Ucrania logran un primer acuerdo: intercambiarán 2.000 prisioneros

Por primera vez en más de tres años, representantes de Rusia y Ucrania se sentaron a la misma mesa para hablar cara a cara. La reunión se llevó a cabo este viernes en Estambul, Turquía, con la mediación del gobierno turco, y aunque no trajo consigo una tregua definitiva, sí logró un primer paso importante en medio del conflicto: ambas partes acordaron intercambiar 1.000 prisioneros cada una.

Este acuerdo representa un gesto de humanidad en medio de una guerra que ya ha cobrado decenas de miles de vidas desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022. Aunque se esperaba poco de este primer encuentro, el intercambio de prisioneros ha sido recibido como un avance concreto y simbólicamente poderoso. También se habló de la posibilidad de un alto al fuego «en todas sus modalidades», pero sin que se lograra un acuerdo sobre ese punto. Tampoco se pactó aún una reunión entre los presidentes Volodymyr Zelensky (Ucrania) y Vladimir Putin (Rusia).

Durante la reunión, la delegación rusa reiteró exigencias que Ucrania no está dispuesta a aceptar: la retirada completa de las tropas ucranianas de las cuatro regiones del este que Rusia se anexó en 2022 (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia). Ucrania aún controla una parte importante de esos territorios, incluidas capitales regionales, por lo que aceptar esa condición sería ceder soberanía, algo inaceptable para Kiev.

El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, quien encabezó la delegación, expresó: «Queremos la paz. Podemos seguir luchando, pero al final necesitamos finalizar esta guerra». Sin embargo, el presidente Zelensky mostró una postura más crítica desde Albania, donde participaba en una cumbre regional. Acusó a Putin de evitar una reunión directa y calificó las negociaciones en Estambul como un «proceso escenificado y vacío». También pidió a los países aliados aumentar la presión internacional contra Rusia, incluyendo más sanciones al sector energético y financiero.

El proceso de diálogo en Estambul se dio en un contexto internacional cada vez más complejo. El expresidente de EE. UU., Donald Trump, de visita en Medio Oriente, afirmó que no habrá avances reales hasta que él mismo se reúna con Putin. Aunque no se ha fijado una fecha para ese encuentro, el comentario ha generado reacciones entre los aliados europeos de Ucrania, que temen una negociación paralela sin Kiev en la mesa.

El Kremlin, por su parte, reconoció que una cumbre de alto nivel «sería necesaria», pero aclaró que su preparación tomará tiempo. Mientras tanto, Rusia logra una pequeña victoria diplomática al sentarse a negociar sin haber accedido previamente a un alto al fuego, algo que Ucrania y sus aliados occidentales habían planteado como requisito básico.

Aunque no se resolvieron los puntos más críticos del conflicto, la reunión marca un reinicio de las conversaciones directas, lo que no sucedía desde marzo de 2022. El intercambio de prisioneros, aunque limitado, es el primer resultado concreto de estas negociaciones y podría allanar el camino para futuros acuerdos humanitarios o incluso negociaciones de paz más ambiciosas.

Por ahora, la guerra sigue activa en el terreno, pero el diálogo ha vuelto a ponerse sobre la mesa. Un pequeño paso, pero en la dirección correcta.

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