El Papa Francisco realizó su primera aparición pública este domingo 23 de marzo, desde su hospitalización el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral. Antes de su salida, se asomó al balcón del quinto piso sentado en una silla de ruedas.
Se observó al sumo pontífice con el rostro hinchado y dificultad para respirar, lo que se notó cuando pronunció las siguientes palabras: “Gracias a todos. Veo a esta señora con las flores amarillas, ¡qué bien!”, haciendo referencia a una de las personas que se encontraban en el patio del hospital junto a la estatua de San Juan Pablo II.
Las palabras que comunicó no estaban previstas, pero a pesar de la dificultad, el mismo Francisco pidió el micrófono, dio la bendición apostólica y sonrió a quienes lo esperaban. El argentino de 88 años, antes de regresar al Vaticano, como estaba previsto, pidió ir a la Basílica de Santa María la Mayor, la cual acostumbra visitar luego de cada uno de sus viajes.
La salida de Bergoglio fue en el Fiat 500 que ha utilizado durante su papado para desplazarse en la ciudad y no en ambulancia, como muchos esperaban, el Papa deberá tener un reposo de al menos dos meses más. El Pontífice también encargó un ramo de flores para el altar donde está la imagen de la Virgen de Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano).
Los peregrinos y feligreses del mundo no solo estaban en el hospital, sino también en la Plaza de San Pedro, donde seguían atentos a la situación del Santo Padre a través de pantallas gigantes que fueron instaladas. Su última aparición pública había sido en una fotografía entregada por el Vaticano, donde se observa a Francisco rezando en una capilla.
El Papa recibió el alta médica, su respiración ya no depende de ventilación mecánica, pero sí utiliza una cánula de oxígeno. Ya son 12 años del argentino al frente de la Iglesia Católica, a pesar de las diversas dificultades de salud, desde los 21 años ha sido propenso a infecciones tras la extirpación de parte de su pulmón.
